La toma que desde hace dos años ha sido desalojada varias veces y que los ocupantes han vuelto a tomar, contaba con 31 domicilios entre casas, cabañas e incluso un restaurante, construidos en un terreno fiscal de uso público, a orillas del mar y sin ningún permiso para construir.
En el desalojo de hoy, algunos habitantes se negaron a abandonar las viviendas, debiendo intervenir Carabineros que procedió a detener a una persona que además habría empujado al director de seguridad pública municipal.
La orden de demolición, emanada del fallo de la Corte de Apelaciones de Talca, con fecha del pasado 26 de abril, según uno de sus habitantes: “no se ha notificado nada”, que sólo ayer se enteraron de la demolición.
Por lo demás, en la madrugada de este mismo miércoles, ocurrió un incendio en una de las cabañas y un taller, por lo que la Armada presentó una querella, mientras los ocupantes de las viviendas señalaron no tener ninguna relación con el siniestro, en tanto su origen e intencionalidad deberá ser investigada.
