En forma extraoficial, un periódico de circulación local de la región de O´Higgins tuvo acceso a declaraciones del ex administrador municipal de San Fernando, Pablo Bravo Cruz, y del actual concejal Robert Arias Solís (PS), que dan cuenta que dineros enviados vía transferencia electrónica al edil, eran para bajar la intensidad de los fiscalizadores y además para consumo de alcohol de reuniones de los ex concejales, montos que no fueron devueltos por el concejal socialista.
Recuerda además que, el pasado 9 de noviembre el concejal sanfernandino Robert Arias, prestó declaraciones en el denominado caso CORMUSAF en calidad de imputado. Así quedó registrado en la carpeta de investigación. En la ocasión, fue acompañado por su abogada ante la fiscal de alta Complejidad, Fabiola Echeverría, en la ciudad de Rancagua.
Lo más grave y cuestionado de su declaración fue que el ex administrador le transfería dineros desde 2.017 hasta el año 2.020, montos que suman un total de $890 mil que fueron trasferidos a la cuenta bancaria del concejal en cifras que no superan los $100 mil, y que no fueron devueltos por el concejal, a pesar que en sesión de concejo municipal aseguró que lo había pagado.
Sobre el uso de los dineros, en ambas declaraciones, tanto del concejal y el ex administrador, queda totalmente establecido que fueron utilizados para consumo de alcohol. El concejal Arias, en su declaración dijo textual: “A su pregunta referida a si es efectivo que en ocasiones cuando estábamos con otros concejales en actividades propias del cargo, en otra región, en algún encuentro, yo llamé por teléfono a Pablo Bravo para pedirle dinero para comprar trago, señalo que es efectivo. Yo recuerdo haberlo llamado y haberle pedido dinero para esos efectos”.
En tanto en la última declaración de Pablo Bravo, realizada el pasado 1 de marzo ante la fiscal y equipo PDI, el ex administrador dice textual: “El concejal Robert Arias, nunca aceptó dineros directamente y las transferencias que le hice era para costear gastos de comida y bebestibles, como a los otros concejales, para mantener relaciones cordiales; ese dinero nunca me lo devolvió”.
Finalmente en el periódico se señala que, “el 13 de diciembre, el edil sanfernandino en sesión de concejo hizo un sentido mea culpa a su medida, señaló que la mitad de los dineros transferidos fueron para evitar demandar a la municipalidad, y que esos recursos fueron cancelados por mano pero sin testigos directos, pero no informó al concejo sobre el destino de esos recursos económicos, los que eran solicitados cuando estaban en otras ciudades con algunos integrantes del concejo anterior, y llamaba a Pablo Bravo, para pedirle dinero para adquirir alcohol”.
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