Un terremoto de magnitud 6,6 sacudió este sábado el sudoeste de Japón, dejando al menos nueve heridos y sin que se activara la alerta de tsunami, según informaron las autoridades niponas.
El seísmo tuvo lugar a las 1.08 hora local (16.30 GMT del viernes) con epicentro a unos 40 kilómetros de profundidad frente a las costas de las prefecturas de Oita y Miyazaki, en la isla meridional nipona de Kyushu, según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
El terremoto alcanzó en ambas regiones el nivel 5 superior de la escala japonesa, con un máximo de 7 y centrada en medir la agitación en la superficie y las zonas afectadas, más que en la intensidad del temblor, según la JMA.
El seísmo se dejó notar con fuerza en otras zonas de Kyushu y al sudoeste de la isla de Honshu, la principal del archipiélago nipón, en las que también se registró una intensidad del nivel 5, en la que se considera difícil que las personas puedan mantenerse en pie sin sujetarse a algo.
Las autoridades locales informaron sobre nueve heridos en diversos accidentes como caídas y golpes causados por el temblor, la mayoría de ellos de carácter leve, en Oita y Miyazaki.
El terremoto también causó interrupciones del suministro eléctrico y de agua en la primera de estas prefecturas, mientras que no se detectaron irregularidades en las plantas nucleares ubicadas en Kyushu.
El Ejecutivo central ha creado una oficina de seguimiento del suceso para evaluar los daños materiales, que por ahora no se consideran significativos.
Varios seísmos de menor intensidad se sucedieron en la misma zona en las horas posteriores, mientras que la JMA alertó del riesgo de que se produzcan más terremotos similares en los próximos días.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que sus infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores.