Mediante una declaración pública, desde la entidad se refirieron al hecho ocurrido el 7 de julio, cuando un grupo de asistentes al funeral vandalizaron diversos mausoleos en el Cementerio General.
Entre las tumbas afectadas estuvo la de Jaime Guzmán. Desde la fundación detallaron que no sólo realizaron “rayados prosaicos e insultos”, sino que además quemaron la cruz y removieron la lápida.
En ese contexto, indicaron que lo más grave fue el robo de las cenizas de la madre de Jaime Guzmán.
La entidad señaló que siempre ha existido una cultura de respeto a los muertos y una condena categórica a la profanación de sus tumbas. Pero que “en el último tiempo, algunos actores pretenden desterrar esta cultura del ‘nuevo’ Chile”.