Luego de la votación favorable en la Sala, la subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, detalló que se trata de un incentivo temporal diseñado para reactivar la compra de viviendas nuevas destinadas a la vivienda familiar de clase media. Este beneficio tiene como objetivo proporcionar un apoyo adicional a las familias que buscan obtener un crédito hipotecario, y es compatible con los subsidios otorgados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la garantía del Fogaes (Fondo de Garantía para Operaciones en Efectivo) por hasta el 10% del valor de la garantía hipotecaria y el beneficio tributario que reduce los gastos en intereses hipotecarios en la base imponible del Impuesto Global Complementario. El Gobierno está colaborando con el sector bancario, en particular con el BancoEstado, para promover este beneficio entre aquellas personas que son beneficiarias de subsidios habitacionales y que buscan adquirir un crédito hipotecario.
El proyecto, que fue presentado al Congreso el 16 de octubre, establece un crédito tributario reembolsable de un millón de pesos chilenos anuales durante 5 años para la adquisición de viviendas nuevas. El martes pasado, el proyecto fue revisado y aprobado por la Comisión de Hacienda del Senado, que contó con la participación del Ministro de Hacienda, Mario Marcel, la Ministra (s) de Vivienda y Urbanismo, Gabriela Elgueta, así como representantes del Servicio de Impuestos Internos, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras y la Cámara Chilena de la Construcción.
El Ministro Marcel explicó que factores de oferta y demanda han afectado la actividad de construcción, como la paralización de obras debido a la pandemia y el aumento de precios de materiales de construcción, lo que ha dificultado el acceso a la vivienda para la clase media. Por lo tanto, este proyecto busca estimular la compra de viviendas nuevas, ya sean terminadas o en fase final de construcción, para familias de clase media, con el respaldo de un beneficio estatal adicional, con el objetivo de reducir el inventario de viviendas y promover la ejecución de nuevos proyectos inmobiliarios.
El Ministro aclaró que este beneficio no requiere que las personas hayan presentado declaraciones de impuestos o pagado impuesto complementario para ser elegibles.
En cuanto a los detalles del proyecto, se otorgará un crédito tributario reembolsable a las personas que adquieran viviendas mediante un crédito hipotecario. Esto implica una reducción en el Impuesto Global Complementario o el derecho a una devolución de hasta 16 Unidades Tributarias Mensuales (1 millón de pesos chilenos) por la compra de viviendas nuevas entre el mes siguiente a la publicación de la Ley y el 30 de septiembre de 2024. Este beneficio se entregará durante cinco años, con un monto total de reducción tributaria o subsidio de 5 millones de pesos chilenos por contribuyente.
Los requisitos para acceder a este beneficio incluyen que la vivienda adquirida esté construida y tenga recepción final en la fecha de entrada en vigencia de la ley, o que, en la misma fecha, no cuente con una recepción final, siempre y cuando exista un contrato de promesa de compraventa posterior al 16 de octubre de 2023. Además, la compraventa debe haberse realizado después de la entrada en vigencia de la ley y la vivienda adquirida debe estar registrada a nombre del comprador en el Conservador de Bienes Raíces correspondiente antes del 1 de octubre de 2024.
Es importante destacar que este mecanismo es compatible con todos los subsidios para la adquisición de viviendas y el beneficio tributario que reduce los gastos en intereses hipotecarios en la base imponible del Impuesto Global Complementario.
El costo fiscal estimado de esta medida es de 5.300 millones de pesos chilenos en 2024 y 31.798 millones de pesos chilenos entre los años 2025 y 2029. Esta estimación se basa en la suposición de que las ventas totales durante el período de aplicación de la política serán similares a las ventas anuales durante el trienio previo a la pandemia (2017-2019), es decir, 62.579 viviendas. Se prevé que este incentivo duplicará la proporción de ventas de viviendas terminadas en comparación con el total de viviendas vendidas, lo que significa que aproximadamente la mitad de las unidades vendidas durante el período, es decir, 31.290, serán beneficiarias de este incentivo. Además, se asume que la tasa de desistimiento será cero y que todos los beneficiarios recibirán el crédito tributario máximo cada año.
En cuanto a la recaudación fiscal proyectada debido a la implementación de esta medida, que considera el impuesto pagado exclusivamente por la empresa inmobiliaria y la constructora, con un precio promedio de 3.000 Unidades de Fomento por vivienda, podría ascender a 51.602 millones de pesos chilenos si se venden 5.000 unidades, o 103.204 millones de pesos chilenos si se venden 10.000 unidades.
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