A las 8.00 horas locales, más de 156 millones de brasileños comenzaron a votar para decidir el futuro de Brasil. Luego de una agresiva campaña, Brasil llega este domingo a la segunda vuelta de la elección presidencial entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
El ex mandatario de izquierda, de 77 años, se impuso en la primera vuelta con un 48% de los votos contra un 43% del presidente ultraderechista quien, sin embargo, logró un mejor resultado de lo que pronosticaron los sondeos.
Las últimas encuestas publicadas seguían otorgando a Lula el favoritismo para la cita crucial de este domingo. La encuestadora Datafolha le daba el jueves ganador con el 53% de los votos.
Los ataques en redes y en el debate televisivo del viernes han aumentado el clima de agresividad en las horas previas a la votación. De nuevo la desinformación ha protagonizado muchas de las acusaciones entre ambos candidatos, algo que se ha agudizado entre las dos vueltas electorales.
El lado bolsonarista acusó a Lula de querer cerrar iglesias, promover la “ideología de género” en las escuelas y hacer un pacto con el “diablo”. La campaña contraatacó asociando a Bolsonaro a la pedofilia y al canibalismo.
Bolsonaro parecía confiado tras el resultado de la primera vuelta, mucho mejor que el que los sondeos le otorgaban, pero al menos dos hechos de la última semana pueden haber complicado su avance: declaraciones de su ministro de Economía, Paulo Guedes, sobre una posible desvinculación del aumento del salario mínimo al valor de la inflación, y la insólita reacción de un exdiputado bolsonarista que al ser arrestado respondió con granadas y tiros que hirieron a los agentes policiales.
Ayer tabién se dio el caso de la diputada bolsonarista Carla Zambelli, que persiguió a un hombre a punta de pistola en mitad de una calle de Sao Paulo, en la víspera de la segunda vuelta de las presidenciales, imágenes que se viralizaron rápidamente.