La declaración de D.F.S. duró 70 minutos ante el OS-9 de Carabineros de Concepción. Fue un 15 de septiembre de 2021, es decir, nueve meses después de la desaparición de Tomás Bravo, que llegó hasta el cuartel policial emplazado en el complejo de Lomas Verdes.
Su figura había alcanzado notoriedad tras el extravío del menor oriundo de Caripilún, luego de que medios de comunicación lo tildaran como un “testigo clave”. Pese a no dar nombres, en la oportunidad aseguró haber visto a una persona desconocida con vestimentas que más tarde se vincularían a Jorge Escobar Escobar, tío abuelo del niño imputado en la causa.
Hoy, su nombre vuelve a copar la atención. Según el testimonio que presentó ante la policía -al que accedió la Unidad de Investigación de BioBioChile– el hombre se reunió “en secreto” con la abuela materna de Tomás, Elisa Martínez, a petición de ella. Esto último, sin embargo, es descartado de plano por la mujer.
“DE FORMA SECRETA”
“La persona que yo vi desplazándose en ese sector, denotaba que era del lugar. No había en la carretera o Ruta P-40 alguna bicicleta apoyada, algún vehículo o similar, que señalara que esta persona la esperaba alguien o que había dejado un móvil ahí”, partió contando el testigo.
Según su relato, “esta persona de desplazaba de manera ágil, trotando, y su desplazamiento era de sur a norte, subiendo el cerro desde el lugar denominado UPA, hacia la derecha. Es decir, iba doblando hacia una curva a la derecha (…) y lo hacía acompañado de varios perros que lo seguían, se notaba que eran suyos porque lo acompañaban en su trote”, añadió.
Una vez declarado lo que había visto ese día, a renglón seguido se refirió a la cita con Elisa Martínez.
“Quiero también hacer presente que una mujer de la Radio Capital FM de nombre M.T.F. de Lebu, me contactó para que hablara de forma secreta con la abuela del niño Tomás”, aseveró.
¿ESTÁS POR AHÍ?
De acuerdo a su versión de los hechos, la cita se agendó el 9 de marzo de 2021 vía WhatsApp y se concretó un día después. Esto último quedó registrado en las conversaciones instantáneas con la mujer que hizo de intermediaria entre ambos y que el testigo puso voluntariamente a disposición de la fiscalía:
—Intermediaria: Holaaaa, ¿estás por ahí? La abuelita de Tomás necesita que la llames. Recién me escribió.
—Testigo: La llamé. Sale apagado el número.
—Intermediaria: Ese es el número. A lo mejor está hablando por teléfono. No sé. Intenta más tarde o le dejas mensaje.
La conversación prosiguió el día de la reunión:
—Intermediaria: ¿Estás? (…) Elisa necesita juntarse contigo. Me estaba llamando.
Según contó D.F.S., “esta reunión privada se llevó a cabo en la playa Boca Lebu Sur”, a eso de las 14:00 horas del 10 de marzo.
La mujer que hizo el contacto entre ambos, consultada por la Unidad de Investigación de BioBioChile, reconoció haber servido de vínculo. Y si bien dijo no recordar la dinámica de cómo este se dio, sí rememoró que “hubo un contacto”.
“De eso me acuerdo clarito”, confirmó.
“Yo me acuerdo de haber estado de mediadora, sí, de haber compartido los números telefónicos”, aseguró. ¿Desconoce qué hablaron? “Totalmente”, destacó.
“PREGUNTÓ QUÉ HABÍAMOS VISTO”
Precisamente el contenido del intercambio y quién contactó a quién hoy es materia de controversia: la abuela de Tomás, requerida por este medio, dijo que fue el testigo quien quiso hablar con ella, mientras que la conversación de WhatsApp y la versión del hombre denotan lo contrario.
De acuerdo a D.F.S., la abuela del niño llegó al sector minero de la ciudad con una persona en una camioneta doble cabina, marca Nissan Terrano, color burdeo. “Una vez en el lugar, la señora nos presentó a su esposo que era quien conducía el vehículo. A mí apreciación él estaba muy nervioso”, sostuvo.
En su alocución, el testigo deslizó un interés de la mujer por conocer qué sabía y comentó que ella abogó por el tío abuelo de Tomás, por ese entonces el único imputado en la causa que actualmente lidera la fiscal regional del Bío Bío, Marcela Cartagena.
“Ella preguntó qué habíamos visto y defendía a su hermano señalando que no era a quien nosotros habíamos visto”, reveló.
Así, añadió que la mujer “decía teorías”, tales como que “a Tomás lo habían robado desde la carretera y se lo habían llevado”.
—Cuando usted fue a reunirse con la abuela de Tomás ¿quién dirigía la entrevista y cómo era esta comunicación? “Ella era la que hacía preguntas. Su esposo no hablaba nada, sólo observaba y se notaba nervioso. Se veían angustiados, me imagino que era por lo que estaban pasando, a mi modo de ver”, acotó.
“Tiempo después ella trató de nuevo de contactarnos, pero yo y mi amigo nos negamos”, sentenció.
“NINGÚN ANTECEDENTE”
Lo señalado por el testigo, sin embargo, fue descartado tajantemente por Elisa Martínez, quien -pese a declinar entregar una versión oficial- reconoció que la reunión existió. Asimismo, afirmó que en ningún caso defendió a su hermano en el transcurso de la cita. De este modo, descartó que haya presionado al testigo de cualquier forma.
Quien sí ofreció una respuesta fue la Defensoría Penal Pública. Desde el organismo a cargo de la representación del tío abuelo, Jorge Escobar, señalaron que -a la fecha- no hay ningún antecedente investigativo que dé cuenta que su representado por sí, o a través de terceras personas, haya intentado entorpecer u ocultar antecedentes alguno para esta investigación.
“Muy por el contrario, ha colaborado racionalmente desde los inicios de la causa, incluso antes de ser formalizado”, detallaron.
Pese a los insistentes requerimientos, D.F.S. se negó sistemáticamente a responder las consultas de este medio. Argumentó que se trata de una investigación en curso.
¿Se configura delito?
Respecto a si lo ocurrido en Lebu podría ser constitutivo de delito, el abogado penalista especialista en casos de alta complejidad, Nelson Salas Stevens, explica que “el simple hecho de que un familiar de un imputado se reúna con un testigo no implica por sí solo la comisión de un ilícito”.
“Cuestión distinta es si es que el familiar coacciona en forma alguna al testigo para que diga una u otra cosa”, aclara.
Así, sostiene que “en ese caso efectivamente podría cometerse más de un delito. Por ejemplo, amenaza o figurar como coautor de falso testimonio”.
PERITAJE CLAVE EN CASO TOMÁS
Este lunes se conoció de la solicitud del Ministerio Público para ampliar el plazo de la investigación, cuyo debate tendrá lugar en una audiencia fijada para el 31 de enero en el Juzgado de Garantía de Cañete.
De acuerdo a información recopilada por este medio, el organismo persecutor y las partes de la causa están a la espera de un peritaje calificado como “clave” ordenado a España que podría ofrecer luces de qué le ocurrió al pequeño Tomás.
La decisión se da luego de que, en diciembre de 2022, la fiscalía informara a los padres del menor el resultado de un primer estudio en el país ibérico, cuyos resultados se mantienen bajo el secreto de investigación.
En caso de que se conceda esta nueva ampliación, significaría una última oportunidad para la fiscal Cartagena de insistir en la acusación contra el único imputado, Jorge Escobar, o bien apuntar a otra hipótesis o cerrar sin resultados la indagatoria.