El jefe de gobierno del estado de Australia Occidental, Mark McGowan, tomó la medida luego de conocerse el caso positivo de covid-19 de un hombre, de 54 años, que cumplió a su llegada a Perth el periodo de 14 días de cuarentena y a su salida pasó cinco días más libremente en la ciudad.
Sin embargo, hace dos días, el paciente viajó a la ciudad de Melbourne, donde se le realizó otra prueba de covid-19 y hoy se confirmó que había dado positivo. Además, un contacto directo de esta persona durante su estancia en Perth también resultó infectado.
McGowan, quien recordó que Australia Occidental no registraba una infección local desde hace un año, señaló que los 2,4 millones de pobladores de Perth, la cuarta ciudad más poblada del país, así como los casi 140.000 residentes de Peel deberán usar mascarillas y salir a la calle solo para asuntos esenciales.
Australia totaliza desde el inicio de la pandemia más de 29.600 contagios de covid-19, incluidos 910 fallecidos, la mayoría a raíz de la segunda ola de coronavirus de mediados de 2020 en Melbourne.
Australia y Chile, realidades distintas
Según explica a BioBioChile Ignacio Silva, infectólogo de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, se trata de una medida excepcional que no se está tomando en toda Australia, es sólo en una región donde apareció el caso positivo que aparentemente podría haber circulado en la comunidad.
“Ellos como tienen largo tiempo con el virus controlado, lo que van a hacer es este encierro para efectivamente buscar los eventuales contactos y realizar la trazabilidad, sin generar nuevas exposiciones”, detalla.
El doctor en Física e investigador del Centro de Nanotecnología Aplicada de la Universidad Mayor, Rafael González, también apunta a un factor geográfico que nos diferencia con el país insular.
“Australia es una gran isla, pero gran parte de la población vive en la costa, por lo que alguna relación no le podría encontrar con Chile y lo otro es la población, que es un 20% más”, indica.
Silva, por otro lado, hace hincapié en que no se trata de una cuarentena propiamente tal.
“Las cuarentenas están pensadas en los periodos de incubación de las enfermedades y la verdad que con tres días no se logra determinar nada. En el fondo es para evitar exposiciones innecesarias y que se genere circulación en la comunidad”, agrega.
“Se trata de sistemas de control distintos que han aplicado las autoridades australianas, y que mirando las cifras, se podría decir que mantienen bajo control el avance de la pandemia”, sostiene.
“Ellos tuvieron dos peak de casos diarios, el primero fue en marzo del año pasado alrededor de 400 y luego llegaron a más de 600 casos diarios, con una población similar a Chile, entonces ahí ya puedes ver que son diferentes grados de control”, dice por su parte González.
“En Navidad y Año Nuevo estaban en emergencia porque tenían un rebrote y era un rebrote de 25 casos diarios. Entonces los estándares son muy distintos y lo que ellos apuntan es a cero contagios. Entonces cada vez que encuentran un brote, aplican fuerte trazabilidad, testeo, y algunas medidas”, añade.
“Esto es como hacer un cortafuego en un incendio, localizarlo, tenerlo bien aislado y poder seguir funcionando”, dice el docente de la U. Mayor.
En ese sentido, Ignacio Silva puntualiza en que en esa situación epidemiológica, es lo más recomendable de hacer.
“Si es que en Chile por ejemplo se hubiera hecho algo parecido con los primeros casos, probablemente no tendríamos la situación actual, pero es muy difícil de implementar”, sentencia.
En Chile, es imposible
Sin embargo, el experto de la Usach cree que en las condiciones actuales no es posible aplicar en Chile estas cuarentenas “exprés” por la gran cantidad de casos que existen y la magnitud de la circulación comunitaria.
“Nuestro sistema de trazabilidad es muy débil y en tres días no lograríamos lo que ellos pretenden hacer, que es identificar a los contactos y evitar nuevas exposiciones”, reconoce.
“Nosotros tenemos un retraso en la consulta, en la pesquisa, en la entrega de resultados, en la detección de contactos, tenemos una baja tasa de autoreporte de contactos estrecho y una baja tasa de búsqueda activa de contactos. Con el nivel de trazabilidad que tenemos en nuestro país y la cantidad de contagios y casos activos y circulación comunitaria del virus que existe, es imposible pensar en algo similar”, sostiene.
Un poco más optimista, González cree que podría ser replicable en Chile, pero siempre y cuando exista una cantidad de casos que lo permita. Por ahora, las cifras no lo hacen practicable.
“Hoy en Chile es imposible tener una trazabilidad, hoy día hubo 7 mil casos y si uno tiene que encontrar 10 contactos por caso, hay que localizar a 70 mil personas. Entonces eso es impracticable. Si Chile baja a menos de cien casos, posiblemente eso se puede replicar”, señala a BBCL.
Incluso, el académico de la U. Mayor propone realizar pruebas pero en ciudades pequeñas o comunas aisladas, apuntando a tener cero casos, lo que no ocurriría en urbes como la región Metropolitana.
“Cuando tienes ciudades con alta movilidad como Santiago, con todo funcionando, personas andando en el Metro, yendo a los malls, registrar diez o veinte contactos por caso no es factible con 50 mil casos a la semana. Tendrían que encontrar a 500 mil contactos y si a esos 500 mil les tienes que pedir cuarentena y darle además condiciones económicas para que puedan estar aislados, además resulta muy caro”, lamenta.
“Hoy día está muy difícil la situación, porque no es como hace un año atrás, ahora tomar medidas con una población empobrecida, arrastrando más de un año de encierro, es difícil, pero en principio con una cuarentena estricta en regiones, reduciendo la movilidad al máximo, en 4 a 6 semanas se recupera el control. Pero no es lo que estamos teniendo ahora con las cuarentenas, con las constructoras funcionando, el Metro funcionando muy lleno, no es el camino”, concluye González.