China enfrenta un nuevo desafío sanitario con el brote de metapneumovirus humano (HMPV), un virus respiratorio que está afectando a miles de personas en provincias como Zhejiang y Hunan. Este incremento de casos ha generado alarma, especialmente por el colapso en hospitales que reportan largas filas de pacientes, muchos de ellos niños con síntomas graves.
Un virus familiar, pero preocupante
El HMPV es conocido por causar infecciones respiratorias, especialmente en primavera e invierno. Se transmite a través de gotículas en el aire, contacto físico o superficies contaminadas. Los síntomas iniciales, como tos, fiebre y congestión nasal, pueden confundirse con un resfriado común. Sin embargo, en casos severos, puede provocar neumonía, bronquiolitis y dificultades respiratorias, siendo los niños menores de 6 meses los más vulnerables.
Impacto en hospitales y respuesta pública
La saturación en las instalaciones de salud, junto con imágenes de filas interminables, ha generado una reacción en las redes sociales y revivido temores de una crisis similar al Covid-19. Aunque las autoridades aseguran que la situación no alcanza esa magnitud, han reforzado las medidas preventivas como el uso de mascarillas y la intensificación de diagnósticos.
Medidas para prevenir la propagación
Los expertos recomiendan:
- Higiene constante: lavado frecuente de manos y desinfección de superficies.
- Evitar contacto cercano: mantenerse alejado de personas con síntomas respiratorios.
- Uso de mascarillas: especialmente en lugares concurridos.
- Atención médica temprana: en caso de síntomas graves como dificultad para respirar.
Un recordatorio global
El brote subraya la importancia de estar preparados para enfrentar emergencias sanitarias. Aunque el HMPV no representa la misma amenaza que el Covid-19, la experiencia vivida durante la pandemia ha elevado la percepción del riesgo, fomentando una mayor cautela en la población.
La evolución de este brote es observada de cerca por China y el resto del mundo, recordando la importancia de la prevención y la capacidad de respuesta frente a desafíos sanitarios emergentes.